Diagnóstico

Hoy desperté y la apatía me impregnó los huesos
al sentarme en la cama una ligera brisa me hipnotizó
cuando desperté otra vez ya era tarde para risas
pero tampoco tenía permitido derramarme.

Hice lo que pude por pararme frente al espejo
lavarme la cara de tantos rasguños
peinarme el cabello enredado de las pesadillas
y soltarme la noche de los ojos y la piel.

Tenía inundada la boca de mil palabras
recuerdos de mentiras, traiciones y odios
tenía el pecho callado de agujas y humo
mi cuerpo no respondió, y llenándose de hormigas
pereció.

Caminar nunca fue tan difícil
más aún cuando hay que vestirse de normalidad
seguir como si no estuviera la muerte rondando
como si no hubiera un insecto devorándome
el cerebro, la voz, las ganas que nunca tuve
pero que inventaba para sobrevivir.

¿Y ahora dónde están esos anhelos?
el parásito que me habita los escondió
se ha manifestado luego de reírse en mi cara
a causa de aquello que siempre supe y no quise aceptar:
por más que intente arrancármelo del alma nunca se irá
seguirán atormentándome sus gritos y delirios
sus golpes y su habilidad para arrastrarme.

Y yo que solo quería olvidarme en el silencio
desenvolverme y salir volando lejos
o dormir para siempre mientras me abrazas
mientras sonríes y me cantas
mirarnos, soñarnos, y nada más.

Ilustración: Agnes Cecile

* Mayo 2015

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