In Memoriam

Yo sí te creo,
a mí no me vienen con cuentos
sé cómo funciona el patriarcado
y el sucio pacto entre hombres necios.

Porque tus propios hermanos
nunca dieron peso a tu palabra
inocencia de niña arrebatada
cuya madre tampoco tuvo culpa.

Se vio obligada a escapar al claustro
pero el dios que buscaba
no se hallaba en aquel lugar
y tampoco la protegió de todo mal.

Sepultado en el silencio,
el secreto familiar yace bajo la alfombra
al igual que la masculinidad cobarde
de moral mojigata.

Ningún cuerpo aguanta el triple trauma
se fragmenta la consciencia atrapada
el delirio como única compañía
decía que todos querían dañarla
¿quién podría juzgar sus pensamientos equivocados
después del sufrimiento de por vida?

Honraré tu verdad como parte de mi historia
aunque todo el clan se me venga encima,
hoy que te liberas de la prisión corpórea,
vuela alto, anciana sabia con nombre de flor.

Ilustración: Jana Brike

A la tía Rosa, quien trascendió el 1 de mayo del 2022.

Muerte al macho

Aquel hombre se había hecho ver ideal, pero de a poco fue mostrando los dientes, la manipulaba, insultaba e incluso llegó a los golpes, con los años logró un nivel de control impensable sobre su cuerpo, que ya estaba evidenciando los signos de transformación. Uno de sus brazos se estaba endureciendo, su piel estaba tomando el aspecto de la madera y de lo último que tuvo consciencia, fue de unos imperceptibles hilos saliendo por su cabeza, se estaba convirtiendo en títere. Ya era tarde para revertir el proceso, pero en un último intento por liberarse, salió sin aviso.

De un momento a otro, el mismo que decía amarla tuvo una de las crisis que utilizaba como excusa para legitimar su conducta infame. Entre insultos le gritó: “¡eres una feminazi!”. Pero el torturador no contaba con haber hecho tan bien su trabajo, que en vez de entristecerse como otras veces, la mujer entendió la frase como una orden. No le quedó más remedio que matarlo.

Ilustración: Fabio Timpanaro

NOTAS:

* «Muerte al macho» es una metáfora que invita a la muerte simbólica, a una transformación profunda que implica mirar hacia adentro, reconocerse como herramienta del sistema patriarcal y sus mecanismos de poder, así como la fortaleza para modificarlo. Este microcuento, que escribí el 2018, es una sátira hacia quienes han asociado el feminismo con ideologías de extrema derecha.

* Este texto no es, en ningún caso, un llamado a la violencia sino todo lo contrario: No hay forma de que una mujer pueda ganar el juego perverso del maltratador sin convertirse ella misma en su propio verdugo. Mucho menos puede hacerse justicia o hallar libertad bajo el alero de un masculino en sombra. Sólo desde AFUERA es posible construir un espacio seguro para sanar.

* Si estás viviendo violencia, infórmate sobre el ciclo de abuso narcisista y la necesidad de contacto cero. Busca ayuda en agrupaciones feministas y orientación psicológica con perspectiva de género. Recupera tu luz, hermana, Nolite Te Bastardes Carborundorum. Como dice Sonia Sánchez: «Nuestra venganza es ser felices».